Te voy a poner verde…
Las verduras de hoja verde son una gran fuente de vitaminas y minerales, entre los que destacan la vitamina A, vitamina K o vitamina C.
Además, el color verde se lo deben a un pigmento llamado clorofila, el cual posee una estructura química similar a la hemoglobina y esto proporciona ciertos privilegios a nuestro organismo.
Vitaminas y nutrientes recomendables
Las vitaminas son uno de los 5 nutrientes en los que se transforman los alimentos que ingerimos. Claro que, dependiendo del alimento que se trate, este será más rico, o tendrá más proporción, de una vitamina o de otra.
En concreto las vitaminas son micronutrientes y, a su vez, se dividen en 2 grupos: vitaminas hidrosolubles, o solubles en agua y vitaminas liposolubles, o solubles en grasa. Al primer grupo pertenecen todas las vitaminas del grupo B y la vitamina C. Y las vitaminas liposolubles son A, D, E y K.
Las vitaminas hidrosolubles son más propias de los alimentos de origen vegetal y las liposolubles abundan en los de origen animal, lo que no quiere decir que no podamos encontrar alimentos de diferentes grupos compartiendo la misma vitamina. De esta forma, por ejemplo, la vitamina A propia del hígado, la podemos encontrar también en las zanahorias en una forma inactiva llamada pro-vitamina A, así como en nuestras protagonistas de hoy, las verduras de hoja verde, como las acelgas o las espinacas. También son ricas en vitamina A las algas, las cuales aportan gran variedad a tu dieta además de sabores diferentes. Puedes ponerlas en tus ensaladas, sopas o guisos para enriquecer tus platos.
Lo ideal para tener un correcto aporte de todas las vitaminas es hacer una dieta variada, e incluir todos los grupos de alimentos y de esta manera nos garantizamos un equilibrio.
Cada día, pon «un poquito verde» a tus platos!!!