La sabiduría de la Menopausia
Antes de la llegada de la menopausia, cuando la mujer se encuentra en la etapa reproductiva, está biológicamente preparada para tener hijos, criarlos, nutrirlos y atender a los demás, todos aquellos papeles esenciales y favorecedores de la continuidad de la especie, se le vuelven un tanto borrosos los conflictos del mundo en general.
Su preocupación por las injusticias personales y los traumas de su infancia también puede ir desapareciendo, o tal vez la mujer la reprima; es probable que preste sólo una atención superficial a ofensas pequeñas, porque lamerse las heridas, analizar viejos sufrimientos o confrontar malos tratos que hace mucho que duran, le exigiría gastar una energía preciosa, una energía que necesita para cumplir su papel principal, que , desde una perspectiva biológica, es reproducirse, alimentar y criar.
Es en esta etapa reproductiva, cuando es característico en las mujeres que nuestras energías estén centradas en el cuidado de otras personas.
Nos animan a hacer esto, en parte, las hormonas que controlan nuestro ciclo menstrual, las que alientan nuestro instinto de nutrir y nuestro amor por la armonía en nuestro mundo.
¿Cómo nos afecta la menopausia?
Pero en la menopausia, se produce un interludio hormonal en que el velo que separa nuestro yo consciente y nuestro yo inconsciente se vuelve más fino y la voz de nuestra alma nos habla, recordándonos sutilmente nuestros deseos y necesidades, que no pueden ni den supeditarse siempre a los de nuestros seres queridos.
En esta etapa, las mujeres nos preparamos para darnos a luz nada menos que a nosotras mismas; es en este período cuando se activan las partes más intuitivas de nuestro cerebro y nos dan información, respuestas y orientación acerca del estado de nuestra vida interior.
Allí es donde resurgen con mucha nitidez aquellos asuntos o problemas que se le volvieron borrosos cuando aparecieron las hormonas de la pubertad. Es ahora que afloran repentinamente con mucha claridad cuando el nivel de las hormonas disminuye.
Por eso tantas mujeres de edad madura recuerdan y deciden afrontar malos tratos y abusos pasados.
Resurge la preocupación por las injusticias sociales, los intereses políticos y los deseos personales que se sublimaron en los años reproductivos y la mujer está preparada para examinarlos y actuar de acuerdo con ellos.
Algunas mujeres canalizan esta mayor energía hacia nuevas empresas y profesiones. Otras descubren y cultivan talentos artísticos que ni siquiera sabían que poseían.
Algunas observan un resurgir de su deseo sexual, con una intensidad que no habían sentido nunca antes.
Es por eso, que las oleadas de hormonas liberadoras de gonadotropina que acompañan la menopausia, preparan al cerebro para nuevas percepciones y por lo tanto, para un nuevo comportamiento.
Es muy común que las mujeres se irriten e incluso se enfurezcan por cosas que antes pasaban por alto con más facilidad.
Además de las hormonas liberadoras de gonadotropina, hay otras varias que apoyan los cambios que tienen lugar en el cerebro: moléculas de estrógeno y progesterona se ligan a zonas como la amígdala del cerebro y el hipocampo, que son importantes para la memoria, el hambre, el deseo sexual y la rabia.
El cambio en los niveles de esas y otras hormonas podría servir para hacer aflorar viejos recuerdos, acompañados por emociones fuertes, sobre todo la rabia.
Esto no quiere decir que esta esté causada por el cambio hormonal. Simplemente significa que los cambios hormonales facilitan el recuerdo y la liquidación de asuntos inconclusos.
La renovación del cerebro que se produce en la menopausia le aclara la visión y le hace más fácil identificar sus motivaciones. Siempre es liberador utilizar la rabia a modo de catalizador de un cambio y un crecimiento positivos.
No permitir que esta rabia nos consuma, al contrario, utilizarla como una mecha que impulse nuestro crecimiento interior y aceptar la nueva etapa que estamos viviendo.
Las mujeres más vulnerables a los efectos de las fluctuaciones hormonales y que tienen más dificultades para hallar alivio en el tratamiento hormonal, son aquellas que han tenido problemas anímicos durante la menarquía, después del parto y durante la perimenopausia.
Si la mujer no atiende a los problemas emocionales de su vida, si no siente y desahoga totalmente el dolor por sus pérdidas de la edad madura (si, en otras palabras, no escucha lo que le dice su rabia ni toma medidas) podría acabar con una depresión, la cual a veces se define como rabia vuelta hacia dentro.
La depresión, a su vez, es un factor de riesgo independiente y bien documentado de enfermedades cardíacas, cáncer y osteoporosis.
Alternativas naturales durante la menopausia
En Apiterapia, consumir la jalea real, el polen de abeja, la miel y la apitoxina, nos ayuda a estimular nuestras glándulas endocrinas y a producir hormonas naturales. Los productos de la colmena nos dan energía, entusiasmo, nos ayudan contra la depresión y la ansiedad que nos produce esta etapa. Reduce los bochornos, el insomnio y controla la neurosis.
Gracias a la jalea real y el polen, la libido sexual aumenta, ayudándonos a tener una vida sexual de excelente calidad en la segunda etapa de nuestras vidas, en la que ya hicimos muchas tareas y que ya nos merecemos una vida más tranquila y placentera.
Terapia floral, yoga, aromaterapia, homeopatía, nos ayudarán a enfrentar los inconvenientes de esta etapa.
Recomiendo hacer ejercicio, caminata, yoga, ciclismo, gimnasio, para ejercitar nuestros huesos y no oxidarnos.
Pero no olvidemos que nuestra salud y nuestra felicidad dependen más de nuestra percepción de las circunstancias de la vida que de las circunstancias en si.
Esto es una verdad que nuestra cultura no enseña, lo que se nos enseña desde niñas es que la salud es principalmente la consecuencia de la herencia genética, de los suplementos que tomamos y del ejercicio que hacemos.
No cabe duda de que estos factores influyen en nuestro estado de salud, pero su influencia palidece ante el poder de nuestras creencias y actitudes.
Eso es lo verdaderamente importante: La actitud que tenemos ante la vida y ante el cambio. Una actitud positiva cambia todo el panorama, una visualización saludable de nuestra segunda etapa define la calidad de nuestras vidas.